Reflexión
El poder haber vivenciado la experiencia de cuentacuentos en clase con nuestras
compañeras nos ha permitido ser conscientes de lo enriquecedora que es, y además, nos ha dado las claves para que, en un futuro, podamos llevar a cabo este taller en el aula con los alumnos.
En primer lugar, dejamos unos 3 minutos para que cada una pudiera repasar su cuento, ya que estábamos un poco nerviosas y necesitábamos cierto tiempo para relajarnos. Creemos que este tiempo sería muy valioso para los alumnos, ya que estamos seguras de que ellos también estarían como nosotras, con bastantes nervios, sobretodo los más tímidos.
Una vez que todas estábamos listas nos pusimos ¡manos a la obra! A continuación, una a una fuimos contando el cuento que nos habíamos preparado, y, mientras, el resto de compañeras escuchaban atentamente las maravillas que teníamos entre manos. Por último, hicimos una lluvia de ideas sobre cuáles habían sido nuestros puntos fuertes y puntos débiles a la hora de contar y dramatizar el cuento.
A lo largo del transcurso de la experiencia de cuentacuentos nos dimos cuenta de la importancia que tiene una buena dramatización y el movimiento por el espacio. En nuestro caso, consideramos que la dramatización estuvo presente, pero creemos que es necesario al contar cuentos, que haya mayor dramatización para poder "meter" a los alumnos en la historia. Es por ello por lo que la expresión corporal es muy importante (gestos, miradas...). En cuanto al movimiento por el espacio, no lo tuvimos tan en cuenta, ya que estuvimos más bien paradas.
Otro de los puntos fuertes que tuvimos todas fue traer al aula objetos atractivos que llamaran la atención al niño (peluches, prendas de ropa llamativas...). Ese objeto nos ayudó a atrapar a los oyentes y a hacer la historia más atractiva.
Un aspecto que debe tener en cuenta tanto el maestro como el alumno es que los cuentos con rima nos son muy difíciles de improvisar, ya que en cuanto se te olvide una palabra, una expresión, el resto no sale, porque está relacionado con lo anterior.
Relacionado con la dramatización se encuentra la personificación de los protagonistas en el narrador del cuento y el cambio de voces. Al haber distintas voces, los alumnos estarán más atentos, entenderán mucho mejor la historia, que si fuera una sola voz monótona, la cual podría acabar hasta pareciéndoles pesada.
Otro punto fuerte que hemos tenido ha sido el buen contacto visual con las personas que están escuchando, lo cual es fundamental en un buen cuentacuentos, para captar la atención de todo el público.
Pensando en el futuro, creemos que sería muy buena idea ambientar la zona del aula en el cual se vaya a contar el cuento, para que así sea un ambiente mucho más acogedor. También creemos que involucrar a los alumnos en el cuento a través de preguntas tales como ¿Qué crees que dijo? ¿Qué cara debió poner? De esta manera hacemos partícipes a los alumnos del cuento, así como utilizar el cuento como herramienta para la resolución de conflictos. De esta manera, podremos trabajar cómo actuar ante una situación así a través del cuento.
Para finalizar, nos gustaría añadir que para poder contar bien un cuento, además de todo lo que hemos apuntado anteriormente es necesaria la confianza en uno mismo, que la persona que lee el cuento se lo crea, crea lo que está leyendo, y se lo transmita a los oyentes. Además, es esencial que haya una buena preparación previa. Todo esto propiciará que los alumnos sientan interés por contar cuentos, por lo que los maestros deben elegir cuentos con los cuales sus alumnos puedan sentirse identificados.
Realizado por: Mª Carmen Aneiros, Alba Martín, Nerea Urueña, Paula Yague
En primer lugar, dejamos unos 3 minutos para que cada una pudiera repasar su cuento, ya que estábamos un poco nerviosas y necesitábamos cierto tiempo para relajarnos. Creemos que este tiempo sería muy valioso para los alumnos, ya que estamos seguras de que ellos también estarían como nosotras, con bastantes nervios, sobretodo los más tímidos.
Una vez que todas estábamos listas nos pusimos ¡manos a la obra! A continuación, una a una fuimos contando el cuento que nos habíamos preparado, y, mientras, el resto de compañeras escuchaban atentamente las maravillas que teníamos entre manos. Por último, hicimos una lluvia de ideas sobre cuáles habían sido nuestros puntos fuertes y puntos débiles a la hora de contar y dramatizar el cuento.
A lo largo del transcurso de la experiencia de cuentacuentos nos dimos cuenta de la importancia que tiene una buena dramatización y el movimiento por el espacio. En nuestro caso, consideramos que la dramatización estuvo presente, pero creemos que es necesario al contar cuentos, que haya mayor dramatización para poder "meter" a los alumnos en la historia. Es por ello por lo que la expresión corporal es muy importante (gestos, miradas...). En cuanto al movimiento por el espacio, no lo tuvimos tan en cuenta, ya que estuvimos más bien paradas.
Otro de los puntos fuertes que tuvimos todas fue traer al aula objetos atractivos que llamaran la atención al niño (peluches, prendas de ropa llamativas...). Ese objeto nos ayudó a atrapar a los oyentes y a hacer la historia más atractiva.
Un aspecto que debe tener en cuenta tanto el maestro como el alumno es que los cuentos con rima nos son muy difíciles de improvisar, ya que en cuanto se te olvide una palabra, una expresión, el resto no sale, porque está relacionado con lo anterior.
Relacionado con la dramatización se encuentra la personificación de los protagonistas en el narrador del cuento y el cambio de voces. Al haber distintas voces, los alumnos estarán más atentos, entenderán mucho mejor la historia, que si fuera una sola voz monótona, la cual podría acabar hasta pareciéndoles pesada.
Otro punto fuerte que hemos tenido ha sido el buen contacto visual con las personas que están escuchando, lo cual es fundamental en un buen cuentacuentos, para captar la atención de todo el público.
Pensando en el futuro, creemos que sería muy buena idea ambientar la zona del aula en el cual se vaya a contar el cuento, para que así sea un ambiente mucho más acogedor. También creemos que involucrar a los alumnos en el cuento a través de preguntas tales como ¿Qué crees que dijo? ¿Qué cara debió poner? De esta manera hacemos partícipes a los alumnos del cuento, así como utilizar el cuento como herramienta para la resolución de conflictos. De esta manera, podremos trabajar cómo actuar ante una situación así a través del cuento.
Para finalizar, nos gustaría añadir que para poder contar bien un cuento, además de todo lo que hemos apuntado anteriormente es necesaria la confianza en uno mismo, que la persona que lee el cuento se lo crea, crea lo que está leyendo, y se lo transmita a los oyentes. Además, es esencial que haya una buena preparación previa. Todo esto propiciará que los alumnos sientan interés por contar cuentos, por lo que los maestros deben elegir cuentos con los cuales sus alumnos puedan sentirse identificados.
Realizado por: Mª Carmen Aneiros, Alba Martín, Nerea Urueña, Paula Yague
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