Reflexión

La actividad del teatro ha sido fascinante para nosotras. Al principio pensábamos que nos iba a costar mucho llegar a crear una pequeña obra pero en cuanto nos pusimos a compartir ideas, salían muchas y muy divertidas. Lo primero que elegimos era el tipo de teatro que queríamos hacer, sabíamos que sería un musical y, a partir de ahí, empezamos a pensar la temática, los personajes, la trama... Poco a poco fue cogiendo forma y al ser algo que habíamos creado nosotras, nos sentíamos muy implicadas y con ganas de trabajar.

Una vez que teníamos el guion, tuvimos que buscar las canciones, cambiarles la letra, hacer los bailes y practicar mucho porque nos costaba hacer la representación sin reírnos. Después pensamos en la vestimenta y el decorado que íbamos a traer a clase para ambientar la obra. Tras muchos ensayos, ya habíamos interiorizado el diálogo así como la actitud y personalidad de cada personaje.


Por último, lo representamos ante la clase y lo cierto es que en ese momento no nos salió tan bien como había salido en veces anteriores debido a que es un momento de tensión y de nervios pero a pesar de todo, hemos estado muy contentas tanto con la preparación como con el resultado. Además, consideramos que es una actividad muy didáctica para los alumnos de educación primaria pero especialmente para los más mayores porque a parte de ser una actividad de lengua, les puede servir para mostrar sus preocupaciones, para quitarse la vergüenza…es una actividad muy completa para el desarrollo y aprendizaje de los alumnos.


Mª Carmen Aneiros, Alba Martín, Nerea Urueña y Paula Yagüe 

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